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Las únicas leyes que son objetivamente justas y morales son aquellas que protegen el derecho a la vida y a la propiedad del individuo contra la iniciación de la fuerza y contra el fraude. Todas las demás leyes que regulan la vida o la propiedad de la gente son moralmente malas, son contrarias a la naturaleza humana y le hacen daño a todos. Tales leyes incluyen aquellas que restringen o prohiben las drogas, el alcohol, la prostitución, el aborto (del feto a cualquier edad) o que imponen cualquier forma de censura o restriccion a la actividad sexual voluntarias.
Todas esas leyes son moralmente malas porque dependen de las amenazas o el uso de la fuerza en contra de los individuos. Aunque todos los gobiernos tienen el poder nunca ninguno ha tenido el derecho moral de iniciar la fuerza o la coerción contra un individuo. Las únicas leyes beneficiales y morales son aquellas hechas para proteger la vida y la propiedad de los individuos contra la iniciación de la fuerza, la amenaza de fuerza y el fraude. En cambio el único uso moral de la fuerza es en defensa propia: Esto es, para protegerse uno mismo, su propiedad o su país, de la fuerza iniciada por otros individuos o gobiernos. ...La defensa propia, por cualquier medio, incluyendo la fuerza, no solamente es un derecho moral básico, sino un deber.
Ningún gobierno ha ayudado a un individuo a producir más valores o mayor felicidad que lo que ese individuo hubiera producido sin el gobierno. Los gobiernos difieren solamente en el grado en que le hacen daño a la gente. De hecho, a excepción de proteger los derechos individuales, no existe razón válida para que exista el control gubernamental. Ciertamente, el concepto de control gubernamental es, en su totalidad, inválido y místico. El gobierno no es nada más que un mal hábito místico. El gobierno no es nada más que un mal hábito místico perpetuado por neo-estafadores mediante non sequiturs y mediante la manipulación del misticismo.
El gobierno no es el equivalente a la patria. Los gobiernos están basados en nociones místicas inválidas que no tienen base en la realidad; los países son entidades objetivamente reales de territorios definidos. Una persona puede amar su patria pero despreciar al gobierno que constantemente perjudica y drena a todos los productores.
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[ 38 ] El fraude es una forma indirecta de la iniciación de la fuerza que priva deshonestamente a una persona de su vida y de su propiedad.
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